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lunes, 14 de abril de 2008

EL JOVENTUT, CAMPEON DE LA COPA ULEB


En el baloncesto la lógica también funciona. Al final gana quien mejor juega, quien más confía en sus posibilidades y quien mejor optimiza sus recursos. Y es lo que hace Aíto, director de la mejor orquesta Joventut en los últimos años. Un equipo que ayer en Turín revivió las escenas protagonizadas en Vitoria. Entonces fue la Copa del Rey, y ahora es la Copa ULEB. Antes de esto, también ganó la Lliga Catalana, tercer título en juego y tercer trofeo logrado, algo inédito en la historia del Joventut.
A costa de un agotado Askavayu –disputó tres partidos en tres días-, recibió la Penya un premio bien merecido: una plaza en la Euroliga del año que viene, en la que el Madrid ya lo hizo el año pasado. Regresan de nuevo los verdinegros a la élite europea y la afición se frota las manos.
“Esto en increíble.” decía Rudy, el MVP de la final, “era nuestro sueño. Hemos ganado dos títulos muy importantes.” “Ganar es ya como una costumbre. Se puede soñar, pero con los pies en el suelo”, respondía Aíto.
Porque el conjunto de Aíto triunfa aun así de que su estrella, Rudy Fernandez, esté en bajo nivel, como le sucedió ayer pese a ser reconocido MVP de la final. Lesionado en un hombro, su esperado duelo con el Gasol pequeño no sucedió. Rudy jugó lo justo y lo necesario y Marc tuvo minutos, pero estaba muy cansado y apenas los aprovecho.
Como el Akasvayu, el pívot catalán aguantó el tiempo que la Penya tardó en espantar sus nervios, un cuarto (21-16). Después fue coser y cantar para el DKV que se confió de sus hombres interiores (Moiso y Popovic) y de Mallet. Desde la línea de tres, el base minó la resistencia de un Akasvayu fundido en el segundo cuarto: seis puntos en 10 mins. De poco le sirvieron los esfuerzos de Radenovic: nadie en su equipo le acompañó. Mallet abrió un abismo con sus 26 puntos (49-76) y el Joventut, sabiéndose campeón, se gustó.

Por Adrián Mora

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